LA PERDONANZA

Perdonanza es un término antiguo que significa indulgencia y tolerancia. El sufijo "anza" añadido a perdón, significa "perdón en acción". En este libro se quiere analizar ese perdón en su extremo más difícil, el perdón de los enemigos.

Dicen que todos sabemos perdonar, aunque perdonar a los enemigos es algo que nos cuesta hacer. Si alguien nos causa un grave daño físico o moral, o a un ser querido, olvidar y perdonar es muy difícil, hasta el punto que hay personas que se llevan el agravio a la tumba. Para entender "la perdonanza", hay que mirar el perdón desde otros puntos de vista. Si decimos que perdonar es "dejar de estar enfadado o resentido (hacia alguien) por una ofensa, falta, o error", resulta que la persona que consigue perdonar, es la primera beneficiada, ya que deja de estar enfadada o resentida. Se trata de pensar o poner el centro de atención, en la persona que perdona y no en el ofensor, del que también nos ocuparemos. Dejamos de estar encadenados al ofensor y nos sentimos libres.

Si nos lo proponemos, perdonar a los enemigos, requiere práctica y es algo que podemos conseguir. Dejaremos de vivir con odio, rencor y angustiados por el miedo a lo que nos suceda. "La perdonanza" nos ofrece ser pacíficos, tolerantes y comprensivos. Al mismo tiempo, mejoramos nuestras relaciones personales y conseguimos la paz interior. Sólo tenemos que intentarlo.

sábado, 1 de mayo de 2010

HISTORIA DE UN ESPEJO

Antes de contaros esta historia os propongo un ejercicio, el cual es voluntario. Si no se hace no pasa nada. Si lo haces te conocerás un poco más a ti mismo. Como siempre, tú decides.
El ejercicio consiste en averiguar que quiere decir este chiste del genial Máximo, que apareció publicado en el periódico ABC del 7 de Agosto de 2009:


¿Qúe quiere decir con eso de "piensa mal y mírate al espejo"?. Merece la pena que llegueís a alguna conclusión. Sin prisa. Darle otra vuelta, que algo nos querrá decir. ¿lo habeís entendido ya?, ¿estaís seguros?, ¿podeís escribir en una sola línea su significado?.
Estoy seguro que muchos habeís entendido completamente su significado, pero si puede ser de ayuda para los que tengan alguna duda, seguro que les va a encantar la siguiente historia, según se cuenta en un pequeño librito lleno de sabiduría, "Cuentos de los sabios de la India", de Martine Quentric-Séguy (Ed. Paidós):

Un hombre muy pagado de sí mismo mando cubrir con espejos todas las paredes y el techo de su habitación más bella. Se encerraba a menudo en ella, contemplaba su imagen, se admiraba en detalle, por arriba, por debajo, por delante, por detrás. Se sentía de ese modo entonado, listo para enfrentarse al mundo.
Una mañana abandonó la estancia sin cerrar la puerta. Entró en ella su perro. Al ver otros perros, los olfateó; como le olfateaban gruño; como gruñían, los amenazó; como le amenazaban, les ladró y se abalanzó sobre ellos. Fue un combate espantoso: ¡las batallas contra uno mismo son siempre las más feroces! El perro murió extenuado.


Un asceta pasaba por ahí mientras el amo del perro, desconsolado, mandaba tapiar la puerta de la sala de los espejos.

-Este lugar puede enseñarte mucho -le dijo-. Déjalo abierto.

-¿Qué quieres decir?

-El mundo es tan neutro como tus espejos. Según nos mostremos maravillados o ansiosos, nos refleja lo que le damos. Si eres feliz, el mundo lo es. Si estás atormentado, también lo estará el mundo. En él combatimos sin tregua nuestros reflejos y morimos en el enfrentamiento. Que esos espejos te ayuden a comprender esto: en cada ser y en cada instante, feliz, fácil o difícil, no vemos a la gente ni el mundo, sino sólo nuestra imagen. Observa esto, y todo temor, todo rechazo, todo combate te abandonarán.

¿Qué os parece? Sencillo, breve y profundo, entre otras cosas. Pero como decía el Cohelet, "no hay nada nuevo bajo el sol". Ya se lo decía San Pablo a los romanos, hace casi dos milenios: "pues en lo mismo en que juzgas a otro, a ti mismo te condenas, ya que haces eso mismo que condenas".

Gracias a Máximo y a su magnífica viñeta, a mí se me ha ocurrido pensar que ese antiguo refrán castellano que dice "Piensa mal y acertarás", se podría completar si se dijera "Piensa mal y acertarás,....más, si te miras a ti mismo".
Y mi reflexión sobre todo esto, es que perdonar resulta mucho más sencillo, cuando hacemos caso de lo que nos enseña el sabio indio. ¿Qué pensaís vosotros?